Recuerdo que cuando era niña, papá siempre llevaba su cámara. Recuerdo la casa llena de álbumes, las diapositivas que veíamos todos juntos con el proyector y, al crecer, la alegría que sentía cada vez que encontraba una foto antigua.

Y luego mi tío, que compraba cámaras antiguas en mercadillos de todo el mundo, luego las desmontaba y construía una nueva por su cuenta, ¡entre genio y locura!

Tengo 45 años, he sido muchas cosas a lo largo de los años: voleibolista, modelo, responsable de ventas en el mercado del automóvil, pero la fotografía siempre ha sido mi pasión constante, ¡mi filtro personal sobre el mundo!

La vida como fotógrafa me ha llevado de un lado a otro durante mucho tiempo: he viajado mucho, he vivido en Asia (que sigue siendo mi primer amor), he vuelto a mi patria, Italia, y luego me he establecido aquí, en Fuerteventura, la «salvaje» de las Islas Canarias.

Con 35 años llegué aquí, sola, con cuatro certezas: quería seguir viviendo de la fotografía, estar en contacto con la gente, hablar tantos idiomas como fuera posible y tener un perro…

Crazy Shutter significa «obturador loco».

Nació con un quad, en el que, durante algún tiempo, seguí las excursiones en Dune Buggy para inmortalizar a los turistas que conducían… había locura, había mucha, ¡pero era divertido!

Desde el principio tuve claro que no quería ser una sola cosa, ¿por qué ponerse límites cuando hay infinitas posibilidades?

CRAZY SHUTTER es un universo de fotografía, impulsado por mí, mi pasión por la fotografía de retrato, mi amor por la conexión humana, pero también va más allá de mí. Es un espacio en constante evolución y formación, donde la fotografía en todas sus formas reina, se transforma, se perfecciona, en una búsqueda continua de perfeccionamiento técnico y personal.